jueves, marzo 19, 2009

Revolutionary Road (2008)

Asombrosa

- You just... wanted out, huh?
- I wanted in.

Puedo mencionar la posición de mi abuela con respecto a esta película como elemento sintomático a su recepción: “no quiero ver otra pelicula sobre una pareja que busca ser diferente”. Aún cuando yo quise decir que no era así (no lo dije), ella resultó tener razón. Pero se equivocó en no querer verla. Claro que uno como espectador puede negarse a ver cualquier película por la causa que sea (por ejemplo: no ver The Sixth Sense “porque ya sé el final”), pero, entre tantas películas de miserable calidad, ¿por qué dejar justo ésta de lado?

Así como el proyecto de la pareja protagonista mira hacia Europa, es en Europa desde donde se mira a la pareja. Revolutionary Road es un nuevo paso en la dirección de Sam Mendes por su camino norteamericano. Es por lo menos curioso el fenómeno por el cual un artista tan inglés como él esté tan interesado por el american way of life en varias de sus manifestaciones, semejante al del maestro Alan Moore dentro de la historieta. ¿Serán éstos la manifestación más positiva de la extensión del imperio cultural? Mediante la lectura política se deja de lado que su tendencia centrípeta es positiva dado lo heteróclita de la producción artística que genera. Sólo cuando se estanque su respuesta creativa se podrá afrimar que un sistema debe caer.
(Continúa)
Estas respuestas que los Estados Unidos provocan aún no se ha extenuado. Sí presenta signos de debilitamiento (la postura de mi abuela, la creciente ola de remakes, la espiral del presupuesto) pero sabe encontrar cada tanto nuevos pozos en donde excavar. Casos como el de Revolutionary… pueden ser considerados a su vez tanto viejos como nuevos: el tema no es original pero el virtuosismo siempre es original. Con los cuatro sostenes básicos de la dirección, el guión, la actuación y la cinematografía puede avanzar tranquilamente; otras obras requieren de menos patas y se arrastran hasta su meta, ayudadas a veces con el bastón que es el soundtrack. Revolutionary… galopa donde otras obras se contentan con caminar.

La crisis que resulta del sueño de la pareja está originada por una crisis previa, la de la abulia, causada a su vez por una anticrisis, la del bienestar económico. Uno de los cambios con respecto a la novela original es el cambio de ambientación de los ‘60 a los ’50, recurso para focalizar la crisis ya en el núcleo de este progreso: el baby boom. No carente de ironía lo que finalmente estancará el proyecto será un embarazo inesperado. Son las reglas del propio sistema quienes posibilitan los deseos y quienes los expurgan porque su centro está construido tanto al “pragmatismo” como al “sueño” americanos.

En base a este oxímoron es donde más se deleita en presentar las inversiones de las posturas de los personajes. Los que cambian, los que permanecen, los que imaginan, los que construyen, los que apoyan, los que critican. El único que permanece idéntico a sí mismo es el loco institucionalizado, cuyo discurso es aceptado mientras los protagonistas pretenden ser diferentes y rechazado cuando el juego terminó: en ambas situaciones señala el artificio de la actuación que conllevan. No en vano la oposición de pragmatismo y sueños también se encuentra en el apogeo de una industria como la del cine.