martes, marzo 24, 2009

I Am Legend (2007)

Interesante

I promised a friend I would say hello to you today

I Am Legend puede dividirse narrativamente en dos; de la misma manera la crítica debería dividirse en dos críticas independientes entre sí. Debido a la impractibilidad de este método y a que, a fin de cuentas, sigue siendo una misma película, a la primera mitad habrá que restarle la segunda mitad.

Una ciudad, como el lenguaje, también puede ser objeto de un extrañamiento mediante la inclusión de elementos improbables o desordenados. Ni la maleza ni los animales salvajes están contemplados en ningún paisaje urbano, pero la imaginación los incluye cada vez que puede. ¿Dónde está la explicación que provoca tal fascinación? Quizás porque ambos espacios, la ciudad y la selva, comparten el mismo clima: la supervivencia del más apto. La realización primitiva de esa premisa puede estar conducida por una inundación, alienígenas o una bacteria fatal; lo importante es que el ser humano pierda el control de su propio juego. El apocalipsis moderno es un recurso infalible para obtener el favor del público.

Mientras Neville es el último hombre sobre la tierra, como sugiere el poster, la película ofrece matices interesantes. El ambiente está logrado, porque si la ciudad aplastó a la selva es natural que eventualmente y sin el control humano la selva aplaste a su vez a la ciudad. La lentitud proverbial de la naturaleza implica ruinas y Nueva York ya tiene experiencia fílmica en ese campo. Otro elemento naturalizado, pero para el protagonista, es la soledad. ¿Hasta qué punto es una persona sana? Al relacionarse con su perro se puede decir que lo es. Cuanto más necesita Neville a su perro, de mejor forma se expresa su aislamiento. Al relacionarse con maniquíes qué se puede decir: los maniquíes son también elementos usuales de cualquier ciudad como lo son los hombres. Es decir, en el ambiente en el que Neville se manejó toda su vida, los maniquíes son más naturales que las gacelas. ¿Qué otra cosa se podría esperar lógicamente?
(Continúa)
En esta etapa, signada por la afección de Bob Marley en un mensaje sin eco, todo podría estar bien si no fuera porque nada está bien. Pero en uno de los enfrentamientos con los ¿zombies? ¿vampiros? ¿animales? el perro muere y con esa muerte se termina la película.

Entonces comienza otra, sin utilizar créditos para delimitarlas, por lo que podríamos llamarla una secuela inmediata. Es exactamente lo opuesto que la primera; para empezar Neville no es el último hombre sobre la tierra. I Am Legend, que venía bien vestida, se viste de cliché y se eja patetizar por las necesidades de la industria y su supuesto público. Un vestido grosero digno de una prostituta, que en el argumento coincide irónicamente con la llegada de una virgen. Como todas las vírgenes en los relatos apocalípticos, llega con su niño sin pecado concebido; al menos éste tuvo mejor suerte y no fue crucificado. El mensaje redentor, que exige el sacrificio de Neville, es asqueroso.

Lo más interesante de esta segunda parte es que originalmente tenía otro final, que fue filmado y desechado después de una pobre recepción de un público más pobre aún. En este desenlace, que eventualmente se puede ver en ciertas copias del DVD, Neville termina comprendiendo que él no pelea contra monstruos sino que ellos pelean contra un monstruo, acorde a las reglas del nuevo mundo en el que ambos conviven. El único resultado positivo que tiene la muerte de Neville es la salvación no de la humanidad sino de las criaturas. Un final acorde al libro original y a la ironía del título, que sin el desenlace acorde se transforma en un autobombo sin sentido.

La opción del DVD de ver los finales alternativos quizás sea una buena política para incentivar las ventas. Sin saberlo, I Am Legend refleja un flagelo de Hollywood: no saber cómo resolver los argumentos. Lo único positivo es que hay dos películas al precio de una.