domingo, marzo 08, 2009

Of Mice and Men (1937)

De ratones y hombres, de John Steinbeck (1902 – 1968)




No todas, pero sí la mayoría de las grandes obras se evidencian cuando superan la prueba más exigente: los colegios secundarios. Es curioso el sistema por el cual ciertos libros logran entrar en los programas de los sistemas educativos nacionales; a veces es casi automático, otras veces tarda años. Por supuesto, pocas veces hubo una intención de este tipo a la hora de escribirlos, por lo que la inclusión termina siendo un honor ambiguo.

El proceso que llevó a Of Mice and Men a ser parte del canon literario norteamericano abarca diferentes instituciones; en algunas fue inmediato (la crítica más autorizados), en otras fue incluso antes de ser publicado (el club del Libro del Mes), en otras fue censurado… y lo sigue siendo (escuelas y librerías públicas). Como en otros casos, la prohibición muchas veces ayudó a adjudicarle relevancia, aún cuando por sí sola lo mereciera. Muchas obras desafiantes se pierden en el ruido del juego editorial.

Las acusaciones varían: desde tomar el nombre de Dios en vano hasta la indecencia pasando por la falsa corrección política de censurar el uso de léxico racista. Pese a todo por cada escuela que no lo incluía en su programa, nueve o noventa y nueve sí lo hacían. Es cierto que esta novela corta no es esperable en un colegio. Hay una considerable cantidad de violencia; los personajes dicen malas palabras, charlan sobre sexo y van al prostíbulo una vez a la semana; muchos de éstos son racistas, misóginos y desprecian a los viejos y a los animales, más aún a los animales viejos, lo cual origina un cuestionamiento sobre la eutanasia; pero peor de todo no habla bien del famoso Sueño Americano. ¿Por qué, entonces, fue includa donde la aceptaron?
(Continúa)
Of Mice and Men es una mirada sin tapujos sobre la soledad de la mano de obra de los ranchos, ambientada durante la depresión económica. En este caso la concisión del tema se corresponde con la facilidad para resumir su argumento. Los protagonistas son dos compañeros, disímiles, que se tienen mutuamente. Steinbeck contrarresta la ingenuidad que puede despertar esta premisa con un relato descarnado cuyos golpes son tan directos como los de un púgil profesional. El trabajo podría dignifica al hombre pero en cambio lo vuelve más malvado; a medida que envejecemos nos volvemos inútiles; en un mundo donde los hombres no lloran menos aún pueden confesar su soledad, tanto los trabajadores como los escritores. Steinbeck sí puede y lo dice lo más claro que se puede decir: "A guy gets too lonely an’ he gets sick". Es la voz de la hombría mancillada por el trabajo terrenal y las mezquindades terrenales; por eso el mayor acierto del autor es construir el sueño americano en la ilusión del refugio: un rancho propio que sirva de Edén, donde sobre todo los hombres no son fieras.

Steinbeck la escribió tanto para ser leída tanto como novela como obra de teatro, para esto recitando sólo los diálogos y tomando las referencias como escenografía, lo cual ayuda para que existan varias versiones dramáticas y fílmicas. No en vano se transformó, durante los años 40 y 50, en un continuo gag en los prgramas de Looney Toones y Merry Melodies… sin dudas la mejor prueba de su popularidad; todavía es mencionada y lo va a seguir siendo porque sigue siendo tan explícita como desafiante. Lo que habría que preguntarse, en realidad, es por qué estos temas no son esperables en un colegio.

Dicen que el perro de Steinbeck se comió un borrador temprano de la obra. Hay que agradecer la persistencia del autor para reescribir lo perdido, quizás vislumbrado a futuro el hambre también de los lectores.


A pluma o a máquina, así escribe

"He looked raptly at the wall over Lennie’s head. ‘An’ it’ be our own, an’ nobody could can us. If we don’t like a guy we can say, ‘Get the hell out,’ and by God he’s got do it. An' if a fren' come along, why we'd have an extra bunk, an' we'd say: "Why don't you spend the night," an' by God he would. We’ have a stter dog and a couple stripe cats, but you gotta watch out them cats don’t get the little rabbits.
Lennie breathed hard. ‘You jus’ let ‘em try to get the rabbits. I’ll break their God damn necks. I’ll… I’ll smash ‘em with a stick.’ He subsided, grumbling to himself, threatening the future cats wich might dare to disturb the future rabbits."


Lecturas relacionadas (de todo tipo y factor)

John Steinbeck: The Grapes of Wrath
Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha
Henry David Thoreau: Walden
Abraham Lincoln: Selected Speeches
René Goscinny y Albert Uderzo: Las aventuras de Ásterix


Y si lo que te gusta es el cine

The Green Mile, de Frank Darabont
O Brother, Where Art Thou?, de los hermanos Coen
Shark Tale, de Dreamworks Animation