Está bien
I especially liked the part where Clint Eastwood beat the shit out of you.
La película tiene dos méritos: el título y haber descubierto a Megan Fox. Pero 1) es una adaptación de una novela con el mismo título, que no se justifica en pantalla; y 2) Transfomers se estrenó antes y Fox fue su estrella, aún cuando fue filmada después. ¿Qué le queda entonces?
La clave se encuentra en el detalle que la sinopsis oculta: no se trata de un redactor en una revista, sino de un redactor en una revista de chimentos. La diferencia es ni más ni menos la que existe entre una comedia inteligente y esta película. No proclamo que un tema bajo signifique baja calidad, pero esta vez es acorde. La inscripción como comedia no es una justificación para la banalidad. Su única escena realmente graciosa, el trailer apócrifo de una película sobre la Madre Teresa, es efectiva porque es breve. Pero How to lose… es igual de absurda en toda su longitud y menos sincera.
(Continúa)
Pasado el desencanto inicial, intenta mantenerse dentro de la decencia gracias al carisma de sus actores protagonistas. La colección de accidentes patéticos y la falta de una profunidad que se encuentra incluso en las comedias aceptables la hunde de a poco. El caso más notorio es el personaje de la chica escritora: si escribe tal como vive, su novela debe ser simplísima. Bien podría quemarse el único ejemplar que ni a ella le importaría.
Más allá de cualquier consideración, una película sea cual sea su género debe ser verosímil; si no lo es, el público no compra. Si querían hacer verosímil el final, deberían haber elegido a otra actriz. ¿A quién se le ocurre dejar a Megan Fox?